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…Y por mis venas, poesía

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viernes, 29 de septiembre de 2017

ADIOS A UN AMIGO BLOGGERO

Hoy me he despertado con un mal comienzo del día. Abro el facebook y me encuentro con la triste noticia de que nos ha dejado Pedro Luis López, del blog Poesía y Vivencias  un bloguero muy querido por todos los que le seguíamos en su blog. Era una persona extraordinaria de gran corazón. Descansa en paz, amigo.

viernes, 22 de septiembre de 2017

¿EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO?

Era noche estrellada, lo recuerdo
una brisa soplaba desde el mar
se oían risas de fondo en la distancia           
y un perfume a caléndulas, flotar.

Mi corazón brincaba acelerado
las manos me temblaban sin cesar,
no se si era de miedo o de alegría
no sabía que ocurría en realidad.

Veía mariposas que volaban
 despiertas a deshoras , sin razón
junto a brujas montadas en su escoba
cantando a  voz en grito una canción

Los elfos y los duendes correteaban
jugando al escondite sin parar
y un hada sonreía tras un seto
con un gesto invitándome a jugar.

Los faunos me contaban sus secretos
la luna tarareaba una canción
Morfeo me acogía en su regazo
sumiéndome en un dulce sopor

El canto de los grillos se mezclaba
con los latidos de mi pobre corazón,
se  oía un rumor de aguas, ya clareaba
la noche se volvía a su rincón.

Hipólita y Helena filtreaban
jugando con Lisandro y Oberón
Y yo , aun ahora me pregunto
acordándome de Shakespeare, que pasó

¿Fue el sueño de una noche de verano,
o fue verdad que todo sucedió?
Con esta duda acabo mi poema
y que el final, lo ponga hoy el lector

Julia L. Pomposo






sábado, 16 de septiembre de 2017

EL ROBLE DEL JARDÍN


La noche pasada la tormenta había sido imponente y no había parado de nevar hasta bien entrada la madrugada, ahora un gélido y cortante viento azotaba las ramas del viejo roble que ocupaba gran parte de nuestro pequeño jardín.
El viejo y frondoso roble que había plantado mi abuelo un siglo atrás y en el que podría decirse que estaba escrita la historia de mi vida, ya que muchos de los momentos más importantes de ella, habían ocurrido al amparo de sus ramas.
          Sobre su copa, mi hermano y yo, solíamos jugar de pequeños, sintiéndonos Robinson y Viernes o Tarzán y Jane, incluso habíamos construido una endeble y destartalada cabaña entre sus ramas, que crujía alarmantemente cada vez que subíamos y bajábamos de ella.

           Seguí creciendo a su sombra y durante mi adolescencia su vieja corteza se fue tatuando con sangrantes corazones atravesados por una flecha, eso si, siempre con distintas iniciales, dependiendo de como se llamase el "noviete" de turno. Años más tarde sirvió de decorado para la foto oficial de mi boda y que aún hoy, preside la chimenea del salón.

               Bajo su manto protector  solía colocar la cuna-moisés de mi bebé, al resguardo de los rayos del sol en las cálidas tardes de primavera, mientras que yo me dedicaba a enredar entre las margaritas y azaleas del jardín. También bajo el viejo roble descansaba, hacía dos años ya, mi querido amigo Pucky, el bonachón San Bernardo que me había acompañado fielmente durante dieciséis años, sin otro objetivo en su vida que el de adorarme, con ese amor leal y totalmente desinteresado que solo un perro es capaz de dar.

             Y a su sombra protectora continúo sentándome hoy día en las tardes soleadas para dar un merecido descanso a mi pobre osamenta mientras que mi mirada se pierde en la distancia y mis recuerdos, como hoy, vuelan libres.


             Siempre he pensado que algún día, cuando me llegue la hora de partir, me gustaría descansar al abrigo de sus ramas para poder enredarme entre sus raíces y fundirnos en uno solo, Pucky, el roble y yo.

              De pronto un intenso resplandor seguido de un trueno, rompieron el hilo de mis pensamientos. Había estado tan absorta divagando por mis recuerdos, que no había notado que la tormenta había vuelto con más furia todavía que el día anterior. Solo tuve el tiempo justo para mirar por la cristalera del salón y ver como el rayo partía en dos a mi viejo y querido roble.Y mientras lo veía caer herido de muerte, sentía como al mismo tiempo dentro de mi, algo se moría con él.

Julia L. Pomposo

sábado, 9 de septiembre de 2017

COLORES


Azul es el color de tus pupilas
Azul como ese océano infinito
Azul como el espacio que me envuelve
              Azul como en el valle son los lirios                     

Castaño es el color de tus cabellos
Castaño como en otoño, el enramado
Castaño como el del roble en la montaña
Castaño como un potrillo desbocado

Rojo es el color que hay en tu boca
Rojo como los frutos del cerezo
Rojo como la sangre de tus venas
Rojo como el ardor que imprime un beso

Dorado es el color que hay en tu piel
Que con un suave rosa se recrea
Y con marrón y negro se aparea
Siendo amarillo el broche que la cierra

La piel multicolor de los humanos
Arco iris de razas variopintas
De colores que emplea en su paleta
El gran Creador y artífice de vida.

Julia L. Pomposo

domingo, 3 de septiembre de 2017

ENTRE LAS ESTRELLAS


Cuando me marche de aquí,
búscame entre las estrellas
no quiero subir más alto
quiero quedarme entre ellas

Pues desde allí podré ver
lo que ocurre aquí en la tierra
podré contemplarte amor
aunque tu ya no me veas.

Cuando de aquí me haya ido
suéñame cuando te duermas
y podré volver contigo
siempre que tu así lo quieras.

En sueños yo te hablaré
de mi estancia en las estrellas
y juntos evocaremos
moches de pasiones llenas.

Y luego cuando despiertes
me marcharé de tu sueño
llevándome tu sonrisa,
la fragancia de tu piel,
el tacto de unas caricias
y un beso con gusto a miel.

Y sobre todo recuerda.
Cuando me vaya de aquí,
en esas noches tan bellas,
si quieres que vuelva a ti,
alza tus ojos al cielo y....
¡Búscame entre las estrellas.

Julia L. Pomposo



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