Deambulando por tierras de Castilla
En su incansable búsqueda diaria
De nuevas aventuras temerarias
Sembrando va glorioso su semilla
Enjuta y taciturna es su apariencia
Se erige en juez y parte sin malicia
Implanta su razón y su justicia
Aquella que le dicta su conciencia
Sufriendo va del tiempo la inclemencia
Sin techo que a sus huesos den cobijo
Poniendo su cordura en entredicho
Guiado por la voz de su demencia.
Y secundando sus locas aventuras
El compañero fiel de sus andanzas
El bonachón y torpe Sancho Panza
Partícipe de todas sus locuras.
Luchando con gigantes de altos brazos
Salvando a damiselas en apuros
Sin apenas un trozo de pan duro
“Pa” llevarse a la boca en su descanso.
Quién te iba a decir mi buen Alonso
Que tu nombre inmortal se volvería
Que en todos los idiomas te leerían
Pues siendo, tras la Biblia, a buen seguro
El Quijote, ¡El libro más famoso!