Perdida la mirada de ojos turbios
contemplando, sin verlo, el horizonte
sentado a la sombra del castaño
está el abuelo como cada tarde
Lo observo desde lejos y en silencio
¿En qué estará pensando, me pregunto?
me siento junto a él sin hacer ruido,
me mira sonriendo y taciturno.
Le doy la medicina con cuidado
que toma dócilmente y sin chistar,
tampoco hoy vino nadie a visitarle
es otro día vivido en soledad.
¿Qué secretos habrá en su larga vida?
¿Qué sueños tuvo un día para soñar?
¿Sabrá que en realidad vivió una historia?
¿Será consciente del sitio en donde está?
Ya se ha escondido el sol tras la montaña
es el momento para regresar
lo tomo de la mano y se levanta
camina junto a mi sin preguntar
A veces al amparo del ocaso,
he visto alguna lágrima brillar,
corriendo por los surcos y las arrugas
que ocho décadas marcaron en su faz.
Pronto hará un año que vive con nosotros
nadie jamás le vino a visitar
mañana volverá bajo el castaño
perdida la mirada y sin hablar.
Julia L Pomposo
Seguramente rechaza esta soledad para nada deseada.
ResponderEliminarBesos.
Desde luego, nadie acepta esa sledad no deseada. Gracias por tu visita.
EliminarAbrazos
Precioso poema donde sus versos nos revelan una triste realidad.Besicos
ResponderEliminarPues si, muy triste pero muy real, que pena llegar a esa situación de abandono total.
EliminarBesos